viernes, 28 de octubre de 2011

La vuelta al cole

La vuelta al ritmo escolar después de las vacaciones es un momento crítico para el niño, que puede verse reflejado negativamente en su rendimiento escolar. Por este motivo es muy importante una correcta nutrición con el aporte apropiado de ácidos grasos Omega-3 y Omega-6, que pueden ayudar en el mantenimiento de ciertos aspectos de la función cerebral, como son la capacidad de concentración y aprendizaje. 

Además de los ácidos grasos, también son importantes en la dieta de un niño los probióticos, bacterias beneficiosas que son fundamentales para ayudar a regenerar la flora intestinal beneficiosa y reforzar las defensas de los más pequeños.

Probablemente entre las mezclas probióticas más utilizadas se encuentren las que contienen lactobacilos, bifidobacterias, o estreptococos, y es que estos géneros cumplen con las principales características que debe tener un buen probiótico:
- Ser inocuo
- Ser capaz de colonizar el intestino humano
- Tener la capacidad de funcionar tanto si se administran solos como junto a antibióticos.

Sin embargo, además de la composición de la mezcla probiótica, también hay que tener en cuenta la elaboración y calidad de la misma.

La acción de los probióticos tiene lugar porque al instalarse en la pared intestinal compiten con otras bacterias potencialmente patógenas.



Resultados clínicos
Una revisión llevada a cabo por el Departamento de Pediatría de la Universidad de Nebraska en EEUU concluye que el uso de probióticos en sujetos que presentaban diarrea asociada al uso de antibióticos:
- Reduce de manera significativa el peso de las heces
- Disminuye la frecuencia de la defecación
- Amortigua las molestias abdominales

Diarrea asociada a antibióticos 
La diarrea asociada a los antibióticos es un problema común que se da en, aproximadamente, un 20% de los pacientes hospitalizados que son tratados con antibióticos. De hecho, se sabe que la ingesta de antibióticos afecta a la producción de ácidos grasos de cadena corta que se da en el intestino grueso. Los antibióticos eliminan a las bacterias encargadas de la producción de estos ácidos grasos que, normalmente, son absorbidos en el colon. Esto afecta a la absorción de otras moléculas que se acumulan en el colon aumentando el efecto osmótico, lo que deriva en diarrea.

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