martes, 18 de septiembre de 2012

¡A tope en la vuelta al cole!





La vuelta al ritmo escolar después de las vacaciones es un momento crítico para el niño, que puede verse reflejado negativamente en su rendimiento escolar. Por este motivo es muy importante una correcta nutrición con el aporte apropiado de ácidos grasos Omega-3 y Omega-6, que pueden ayudar en el mantenimiento de ciertos aspectos de la función cerebral, como son la capacidad de concentración y aprendizaje.

El bajo rendimiento escolar es uno de los problemas que más preocupan, tanto al personal docente como a los padres. Se calcula que alrededor de un 20% de la población infantil se encuentra en esta situación. Las causas son diversas pero, entre las principales, se encuentran
problemas de aprendizaje como la dislexia, o de conducta como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Uno de los factores más importantes y, hasta hace algunos años, poco considerado en este tipo de problemas, es la nutrición. Las deficiencias nutricionales son más comunes de lo que imaginamos y se tienden a pasar muchas veces por alto cuando hay que afrontar trastornos escolares y de conducta.

Distintos estudios han demostrado que los ácidos grasos poliinsaturados mejoran los trastornos de comportamiento en aquellos niños que presentan problemas de hiperactividad y déficit de atención. Un estudio elaborado en Adelaide (Australia) concluye que la suplementación dietética con ácidos grasos poliinsaturados, en niños diagnosticados de trastorno de hiperactividad y déficit de atención (TDAH) puede ayudar a mejorar algunos de sus problemas de conducta (1).  El estudio llevado a cabo en la ciudad australiana de Adelaide se realizó con 132 niños y niñas diagnosticados de TDAH. Se probó la eficacia de suplementos dietéticos que contenían ácidos grasos poliinsaturados omega 3, ácido eicosapentanoico (EPA) y ácido docosahexanoico (DHA) y el ácido graso omega 6, ácido gamma-linolénico (GLA). Una vez concluido el ensayo, se comprobó que alteraciones como la hiperactividad, la impulsividad o la falta de atención mejoraban en aquellos niños que habían recibido el complemento dietético con ácidos grasos.

¿Qué es el TDAH?
El TDAH es uno de los desórdenes de desarrollo más frecuente en la infancia. Se calcula que entre un 5 y un 7% de los niños en edad escolar lo padece, siendo más frecuente en varones. Se caracteriza por un bajo control de los impulsos, hiperactividad y dificultad para mantener la concentración. Esto provoca que el niño tenga un bajo rendimiento escolar ya que presenta déficit cognitivo y problemas de aprendizaje, sobre todo en las áreas de lectura, deletreo y matemáticas. Además, conlleva problemas familiares y sociales en general. Los psicólogos infantiles calculan que, de un 20 a un 70% de los niños acarrearán los problemas del TDAH en su vida adulta. Algunas de esas consecuencias son la falta de autodisciplina y autoestima. También puede dar lugar al desarrollo de problemas psiquiátricos como ansiedad, desórdenes de humor o trastornos de conducta.

Los ácidos grasos
Cada vez hay evidencias más sólidas que confirman que, al igual que trastornos como la dispraxia, la dislexia o el autismo, el TDAH está asociado a una carencia en ácidos grasos omega 3 y 6. Los ácidos grasos omega 3 y omega 6 son ácidos grasos poliinsaturados. Entre ellos, hay algunos esenciales, porque nuestro organismo no puede sintetizarlos. Es por este motivo que algunos deben provenir de la dieta. El problema actual es que, en las sociedades occidentales, se tiende a seguir dietas bajas en grasas poliinsaturadas con lo cual es habitual ingerir cantidades insuficientes de este tipo de ácidos grasos. Por otro lado, se sabe que hay personas con dificultades genéticas para metabolizar los ácidos grasos de cadena larga, de modo que sus necesidades nutricionales aumentan. El cerebro, y en general todo el sistema nervioso, es el órgano que mayor concentración de estos ácidos grasos acumula en sus membranas. El más abundante es el ácido docosahexanoico (DHA) que está implicado en la transmisión del impulso nervioso. El ácido eicosapentanoico (EPA) también es importante, porque es precursor del DHA y transportador de éste. Además, el GLA es necesario para  normalizar los niveles de algunos neutrotransmisores en las sinapsis.

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